51 La Congregación tiene como fin especial sostener la autoridad de la Santa Sede, doquiera que
se encuentre y dondequiera que trabaje.
52 Recomendamos siempre la obediencia a la autoridad civil, porque quien gobierna está puesto por Dios para
mandar.
53 Respetad todas las autoridades constituidas como ciudadanos, pero como católicos depended del Sumo Pontífice.
54 La religión Católica es el fundamento de la prosperidad en los estados, porque los súbditos no serán fieles a la
autoridad civil si no son fieles primero a Dios.
55 Mi mejor consejo es éste: examinar de un modo práctico cómo dar al César lo que es del César, para que al mismo
tiempo se dé a Dios lo que pertenece a Dios.
56 Cuando surja alguna dificultad con la autoridad temporal o eclesiástica, procurad presentaros a explicar la razón de
vuestro proceder. La exposición personal de vuestras intenciones disminuye bastante y posiblemente desvanece el
juicio que alguna mentalidad pudiera haberse formado de vosotros.